Puede ocurrir cualquier cosa. Piensa en esto.
El profesor o tu jefe te ha mandado preparar una exposición sobre la situación de un tema de actualidad. Al principio te pones algo nervioso, pero tienes dos semanas para prepararlo y te pones manos a la obra rápidamente.
Estructuras tu trabajo, lo escribes, lo interiorizas y ensayas una y otra vez. Has realizado una buena investigación, y los datos que has recabado son muy buenos. Estás preparada o preparado para la exposición de mañana, así que dejas todo ordenado y te acuestas temprano.
Te levantas, coges tus cosas y vas al lugar de tu presentación. El ordenador está listo, tienes tu guión y muchas ganas de demostrar el trabajo que has realizado.
Pero de pronto, te das cuenta de que tienes el portátil casi sin batería y te has olvidado el cable. O puede ocurrir que llevas tu pendrive y el ordenador de clase no puede abrir el archivo de tu presentación y te toca improvisar como puedas.
Existen muchas situaciones que no podemos predecir y otras situaciones que podemos evitar con una buena organización. Tu trabajo de semanas no puede tirarse por tierra porque no compruebes el software de un ordenador o preguntes unos días antes como funciona el proyector de clase.