¿Es importante la forma en la que nos vestimos? Respuesta, sí.
El vestuario va de la mano de la adecuación y el contexto. Ya que cada evento requerirá una determinado atuendo para además de estar cómodos, estar en línea con el lugar o las acciones que estamos desarrollando.
En el post de la adecuación os conté lo que me pasó el domingo que fui a bailar break dance con mis colegas. Pero te pondré otro ejemplo que vas a reconocer rápido.
Un día de Junio, asistí al instituto con un bañador y una camiseta de manga corta. Yo estaba tan feliz, porque ya sabes que por ese mes en Madrid hace un calor de narices desde las 07.00 de la mañana. Yo entraba a las 08.00 si no recuerdo mal. Llegué al centro, saludé a algunos compañeros y me fui al aula que me tocaba en ese momento.
Todo fue bien hasta que me tocó cambiar de aula para dar otra asignatura. Salgo de clase en plan vacilón, hablo con unos y con otros, y cuando continúo caminando por el pasillo, !boom! me encuentro con la jefa de estudios de frente.
No era un chico que temiese a los profesores ni a la jefa de estudios. Sé que las acciones tienen consecuencias y por aquél entonces solía hacerme responsable de las consecuencias de mis actos y asumirlas. Pero ese día todo iba bien para mí. Saludé con una sonrisa amplia y muy educadamente, pero ella son una media sonrisa me miró el pantalón y me dijo:
-Martin, esos pantalones no los puedes llevar en el centro.
Le pregunté por los motivos y me habló del decoro. Eran unos pantalones a su parecer excesivamente cortos. Después de intercambiar algunas palabras más, acepté lo que se me dijo y me fui a casa a cambiarme.
Esa vez y la vez que me puse un chándal para ir a la iglesia con mi tía, aprendí de dos formas diferentes que el contexto influye en nuestra forma de vestir nos guste o no.
Igual que no vas a clase de gimnasia en vaqueros, a la hora de realizar una exposición y hablar en público, debes dar tu mejor imagen teniendo en cuenta el lugar, tu personalidad y el público que tendrás delante.